Dakar y la Soberanía alimentaria

Me quedé decepcionado. No que el pollo estuviese malo o el arroz estuviese mal cocido. Sin embargo, el pollo no tenía gusto. Ciertamente, se trataba de un trozo de pollo importado. Uno de esos famosos pollos congelados que “despluman África”. Me he prometido a mismo de comer un buen pollo yasa en cuanto llegue a Burkina. Las cocineras de Uagadugu lo preparan de maravilla, y sobre todo, lo harán con un “pollo bicicleta”. Quizás sea menos tierno, pero por lo menos tendrá buen gusto.

Después de una corta siesta, he visitado una tienda de alimentación general. Buscaba un producto senegalés, sin poder encontrarlo. Finalmente, he descubierto yugures procedentes de la lechería Darla de Dakar. Puesto en evidencia “fabricado en Senegal”. He preguntado al vendedor la clase de leche que utilizaba la lechería para fabricar sus yugures. Y sin chistear, me ha respondido: leche en polvo importada.

La cena fue en el hotel en donde estábamos alojados. Pedí una cerveza diciéndome que por lo menos esta bebida estaría fabricada en Senegal. Me dijeron que servían solamente bebidas azucaradas. Terminé tomando agua mineral. La camarera me trajo una botella de agua “Kirene”. ¡Era un producto senegalés!

Mañana, durante el taller que me ha traído a Senegal, tengo que dirigirme a algunos responsables africanos encargados de las negociaciones a la OMC (Organización Mundial del Comercio) y de las negociaciones entre la Unión Europea y los países de la CEDEAO (Comunidad Económica de los Estados de África del Oeste). Debo añadir un parágrafo a mi intervención:

Señores responsables, luchad para que nuestros estados recobren su soberanía alimentaria. No queremos un mundo en donde el solo producto local que podamos consumir sea agua de grifo. Y aún, ¿hasta cuando?

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