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Del 4 al 6 de septiembre 2002 tendrá lugar en la ciudad de Montpellier, Francia, el Foro europeo sobre la Cooperación al Desarrollo Rural. Este encuentro está organizado por la Comisión Europea. Inter-Redes nos ha solicitado para compartir nuestra experiencia. Para esta ocasión, hemos redactado el documento siguiente.


Yo abordaré aquí solamente el caso de la pobreza rural. Mi reflexión está basada sobre una experiencia de cerca de treinta años en medio de las poblaciones rurales de Burkina Faso. He vivido 15 años en el Noroeste del país, en Kiembara, en medio de los campesinos sin recursos. He pasado igualmente 4 años en Boni, cerca de Hunde, en zona algodonera. En la actualidad estoy en Kudugu. No estoy por tanto más “en el pueblo” pero continúo acompañando esas mismas poblaciones por medio del SEDELAN (Servicio de Edición en Lenguas Nacionales) – B.P. 332 – Kudugu).

1. Algunas experiencias :

2. ¿Qué estrategia?:¡ofrecer precios remuneradores a los productores!

Todo el resto toma sentido si esta condición se realiza.

1) Esto quiere decir que hace falta parar la ayuda a una categoría de campesinos (los del norte, de la OCDE, particularmente los europeos, pero también los americanos) en detrimento de los otros campesinos del mundo. Es de esta manera que un campesino de Boni resumía con acierto un diálogo sobre la situación del mercado mundial del algodón:
"“Hay que decir a los americanos y a los europeos que estamos todos en un mismo mundo, que somos hermanos y que tenemos necesidad los unos de los otros. Que no organicen su trabajo (alusión a las subvenciones a los productores de algodón, pero que valga también para todos los otros productos) como si estuviesen solos en un otro mundo aparte. Su manera de hacer no es buena ya que nos impiden que, nosotros, avancemos. Que busquen una solución para que todos juntos, ellos y nosotros, podamos avanzar” (ver « La mundialización vista del lado de los productores de algodón africano » ).
Por tanto, hay que eliminar las subvenciones a la exportación..

2) Hace falta garantizar una cierta renta a los productores deteniendo la entrada de todos los productos de base (arroz, trigo, azúcar) a precios artificiales (porque son ampliamente subvencionados). Mientras estos productos permanezcan ampliamente subvencionados (las subvenciones a la agricultura pudiendo ser consideradas como el arma de los ricos), es imperativo para los países pobres proteger su agricultura gravando a la importación (la sola arma que disponen los pobres) los productos de base que entran en competición con los productos locales (el trigo incluido, pues, compite cada vez más los cereales locales). La agricultura no puede ser considerada como una simple actividad comercial : y mirándola de más cerca, aparece claramente que la protección a la importación es el apoyo agrícola el menos proteccionista.

Parémonos de invertir, como estos últimos años en la elaboración y la promoción común de nuevos instrumentos para la lucha contra la pobreza y aceptemos esta evidencia : los campesinos del sur no son tan diferentes que los del norte. Ellos están dispuestos a redoblar sus esfuerzos, y por tanto a disminuir con rapidez la pobreza, si lo producen les procura una verdadera remuneración.

Que los hombres políticos des sur lo tengan en cuenta y que elaboren una verdadera política agrícola en ese sentido.

Que los países del norte acepten también de tener en cuenta los países del sur cuando preparan una reforma del PAC.

Maurice Oudet
Web máster

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